0 : CABEZA vs CORAZÓN

PUNTO CERO
 
Nos hemos acostumbrado a los altibajos: cuando estamos arriba, nos sentimos bien; cuando estamos abajo, nos sentimos mal. Pero justo en el medio hay un punto que no es ni arriba ni abajo; es el punto neutral. A veces ese punto neutral asusta mucho, porque si uno se siente mal, uno sabe a qué se debe; si uno se siente bien, también sabe a qué se debe.
Pero cuando no se puede sentir ninguna de las dos cosas, uno simplemente se halla en una especie de limbo y siente miedo. Pero ese punto es muy hermoso. Si eres capaz de aceptarlo, te dará una percepción inmensa sobre tu vida. Cuando estas arriba, eso te perturba; todos los placeres conllevan un estado febril de excitación. Y cuando estas abajo, una vez más te ves perturbado de un modo negativo. Cuando estas arriba, quieres aferrarte a ese estado; cuando estas abajo, quieres salir de él. Hay algo en lo que trabajar y en lo que mantenerse ocupado, pero cuando te hallas justo en el medio, toda la fiebre se desvanece; es el punto cero.
A través de ese punto cero se puede disponer de una inmensa percepción de uno mismo, porque todo está en silencio. No hay felicidad ni infelicidad, de modo que no hay ningún tipo de ruido, hay absoluta quietud.
Buda empleó este punto muy profundamente con todos sus discípulos. Era una obligación, todo el mundo debía alcanzarlo primero, y luego comenzaba el trabajo. Él lo llamaba upeksha, otro nombre para neutralidad.
EL CORAZON PASADO POR ALTO
Hemos pasado por alto nuestros corazones, hemos entrado en nuestras cabezas directamente, sin pasar por el corazón. Hemos elegido un atajo.
Por determinados motivos, el corazón ha sido descuidado, soslayado… porque el corazón es un fenómeno peligroso. En primer lugar, el corazón es incontrolable, y el hombre siempre teme todo lo que está fuera de control. La cabeza es controlable. Está dentro de ti y en tus manos; puedes dirigirla. El corazón es más grande que tu; la cabeza está dentro de ti. No se da el mismo caso con el corazón: tu estas dentro de él.
Cuando el corazón despierte, te sorprenderá saber que eres un punto diminuto en él. Es más grande que tu, es vasto. Y el hombre siempre teme perderse en algo vasto. La función que desempeña es misteriosa, y el misterio nos vuelve naturalmente aprensivos. ¿Quién sabe qué va a pasar? ¿Y cómo vas a encararlo? Nunca se está preparado en lo concerniente al corazón. Con este, las cosas acontecen de forma inesperada. Extraños son sus caminos, de ahí que el hombre haya decidido soslayarlo, ir directamente a la cabeza y mantener contacto con la realidad a través de la cabeza.
OSHO (C)
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