TEMAZCAL

Hace aproximadamente un mes, me invitaron a participar en un Temazcal, también llamado Inipi.
A ningún miembro de mi familia le apetecía hacerlo, pero a mi me resonaba en positivo , así que me apunté, no sin sentir mucho respeto por la nueva experiencia.
Para los que no estáis familiarizados con este tema, yo no lo conocía hasta hace pocas semanas, la ceremonia del temazcal consiste en un ritual de purificación y de reencuentro con nosotros mismos, pero de forma colectiva.
Me gustaría compartir con vosotros mi experiencia personal, humildemente os pido disculpas si cometo algún error.
El temazcal es esta especie de cúpula que veis en la foto, hecha con madera (en mi caso) y que se tiene que cubrir con mantas para que su interior quede absolutamente aislado y oscuro. Normalmente se debe llegar un par de horas antes del inicio del ritual para cubrirlo, juntos ,entre todos los participantes.
Mientras unos cubren la cúpula, otros hacen fuego a unos metros de lo que será la entrada del temazcal, un fuego que debe ser vivo para que caliente las grandes piedras que se introducirán en el inipi para convertirlo en una sauna. Delante de la entrada se hace un pequeño altar con barro, que se adorna con flores y plantas, allí se pueden colocar alhajas de los participantes para cargarlas de energía y buenas vibraciones.
El temazcal es un ritual muy antiguo que ya celebraban las tribus ancestrales, era una ceremonia de purificacion (mediante el calor, las hierbas y el agua) y de reencuentro con nuestra esencia, YO SOY (mediante la oscuridad y la cúpula que, nos devuelve al vientre de nuestra madre y, nos conecta con la Tierra y el Vacío)
Una vez todo está preparado, los que participamos-éramos quince personas- nos sentamos en semi círculo delante de la puerta, y guiados por el maestro de la ceremonia (suele ser un chamán), fumamos de una pipa o gran cigarro y establecemos en voz alta y con mucho respecto cuál es nuestra intención, nuestro objetivo, al participar en este ritual. Es bonito ver cómo todos los participantes nos abrimos a compartir, y que muchas de las intenciones de los demás son nuestras propias intenciones y que a nivel colectivo se crea una unión antes de entrar.
Entramos en el temazcal, y nos sentamos en círculo,aspiramos por la nariz agua de hierbas para despejar las vías altas (nariz, garganta, cuello), en el centro de la cúpula, un gran agujero acoge las piedras que una en una van entrando, se cierra la puerta y la oscuridad pasa a reinarlo todo, el maestro tira agua y hierbas aromáticas a las piedras incandescentes , el vapor inunda todo el espacio, no se ve completamente nada, te sientes un@ pero te sientes a la vez tod@.
Se producen cánticos, relatos de experiencias y sensaciones, mientras el calor aumenta cada vez más y vas notando que puedes liberar y dejar ir lo que surja, todo está oscuro y el colectivo te apoya. La ceremonia transcurre en cuatro fases, cuatro puertas, cada una de ellas tiene un menester, en la tercera puerta se permite tomar agua, por lo que recuperas mucho del líquido perdido. En cada puerta aumenta el calor, pero en ese pequeño “vientre” quedan atrás muchos miedos, pesos, resentimientos y se mueven muchas emociones. Se toma conciencia de la conexión con la Pacha Mama (la Madre Tierra), y se toma conciencia de la unidad invisible que existe entre tod@s los seres y las cosas del Universo, a la vez que tienes la sensación que tu cuerpo se purifica y se limpia. Noté que muchos de los participantes necesitaban “limpiar” su cuerpo físico, era como un borrón y cuenta nueva para algunos.
Algunos de los participantes tuvieron que salir, pero fueron pocos, entre todos hicimos piña para que la experiencia acabara finalmente con plenitud, alegría y agradecimiento infinito.
Al salir nos abrazamos entre todos, sintiéndonos libres, liberados y sabiendo que no somos los mismos de antes , algo en el interior de nuestro interior había cambiado.
En el lugar donde fui , había un pequeño estanque de agua fresca, así que al salir y después de los abrazos pude sumergirme en el agua fría (¡imaginad el calor que había pasado!) y cuando alcé los ojos; ¡Dios mío!!, el cielo estrellado y la luna llena eran mi cúpula y me sentí en perfecta comunión con el cosmos, en paz conmigo misma y supe en ese preciso instante que era una mujer muy afortunada, me sentía Diosa, me sentía plena de TODO.
Después compartimos una cena, un caldo vegetal riquísimo y lo que todos habíamos llevado para comer, fue una cena entrañable.
En este vídeo del programa 21 días de Samanta Villar os podéis hacer una idea de lo que es la ceremonia del Inipi, aunque cada una , dependiendo del maestro, los participantes, el lugar o el día es única y distinta.
Me hubiera gustado ilustrar este post con la foto del altar que hizo un participante, tenía forma de corazón, quedó muy bonito, y desprendía mucho amor, cuando me pase las fotos lo compartiré con todos vosotros.
También quiero agradecer a los participantes de mi primer Inipi, su apoyo y su cariño y especialmente al maestro y organizador por ofrecerme la oportunidad de vivir una experiencia tan rica y diferente, que me hizo dar cuenta de muchas cosas de mi misma y me ayudó a comprobar que he superado ya muchos de los obstáculos y que mi vida está plena de conciencia y conexión.
Qué Así Sea.

PD Si alguno de vosotros desea vivir esta experiencia no dudéis en pedirme el correo de la persona que los organiza en un entorno precioso, una masía rodeada de viñas y montañas, no muy lejos de Barcelona.

6 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *